lunes, 2 de agosto de 2010

Selene (cuento creado)

No comenzaré con un simple “érase una vez”, o un “cuentan por ahí”. Esta historia tiene inicio en la sangre; sangre que me dio nueva vida.
De mi vida pasada ni hablar. Para que recordar tiempos de tristeza, soledad, hambruna, esclavitud al sistema. Hoy haré una excepción.
Era yo linda damisela, aunque pobre, todos los burgueses y adinerados deseaban mi belleza; a tal punto de ofrecer dinero a mis padres por un roce de mi cuerpo. Obviamente ellos no aceptaban, éramos pobres pero teníamos dignidad, no hay honor en eso.
Un noble, un tal Lord Bourdon, no se resignaba a las negaciones de mis padres y ofrecía aún más dinero que los otros. Un día en su desesperación por tenerme y en arrebato de ira, tomó la vida de toda mi familia, padres, hermanos; quemando incluso la humilde choza, que era mas bien un simple refugio para nosotros.
A mi me permitió vivir para ver todo este sufrimiento- claro era a mi a quien quería-. Allí acabó mi vida. No era más quien solía ser.
Años pasaron de maltratos, de ser un juguete en las inescrupulosas manos de Bourdon. Todo pasaba ante mis ojos como si nada, a esas alturas yo solo era un estropajo, un cuerpo inerte que extrañamente respiraba.
Hasta que un día, sentí que no debía aguantar mas nada. Mientras el noble dormía me escape por una ventana –era alta y me hice mucho daño al caer-, sumado a eso tenia grilletes en los tobillos. Pero prefería ese dolor físico, a estar un segundo más con ese hombre. Corrí como pude por el bosque. Después de un rato, ya sola entre los árboles, comencé a llorar. Pero algo pasó, no estaba sola. Sentía una presencia que me estremecía. Algo me acechaba. –¿Quién está allí?, pregunte. “Soy la sombra en tu camino de luz”, contestó una voz siniestra. “El ya no es tu dueño, eres libre”, continuó. No sé como sabía tanto de mí, me atemoricé. “No temas”, sentí, y apareció ante mí un hombre de negro y capa larga. Soy Anngelus, dijo. Sé mía y yo te daré tu venganza. Algo en sus ojos me cautivó. En un segundo estaba rozando mi cuello con sus labios, al otro clavando sus dientes en mí. Bebía mi sangre con rapidez. Con una de sus uñas rasgó su cuello y dijo, ahora es tu turno, te brindo mi fuerza y mi vida. Con temor acerqué mi boca y probé su sangre. Sentía su poder. Bebí y bebí, era algo increíble. Algo me detuvo. Eran las voces de los matones de Bourdon, me buscaban. No corrí, me sentía superior. Cuando llegaron, se abalanzaron sobre mi; miré a AnnGelus, que me dijo…Caza!!!; eso fue el gatillo que me activó. En un momento estaba acabando uno a uno a todos los miserables que me habían hecho sufrir, mordiendo sus cuellos, derramando sus órganos, no eran nada. Fue la primera vez que probé la sangre humana.
Pero quería más. Faltaba el más espurio de todos. Rápido volví a la mansión a la que antes no quería volver y enfrenté al hombre. El me miró sonriendo cínicamente, desenfundó su espada y atravesó mi estomago. Aún recuerdo sus ojos que me miraban con extrañeza y temor, al ver que no sentía dolor y cuando me incliné hacia él y mordí su cuello (me dio asco). Quedó de rodillas – como lo quería ver hacía mucho tiempo-. Di un paso atrás, saque la espada de mi cuerpo, mientras el pedía misericordia.
-Tú no la tuviste con nadie, este es tu juicio, le dije, y cercené su cabeza liberando todo el odio acumulado.
Anngelus observó todo. El me ayudó en mi propósito. Desde entonces juré ayudarlo en la búsqueda de su hermano, también soy la guardiana de su sueño.
Desde entonces soy una nueva persona, Soy Selene, y me acerco cada día más a una guerra que presiento hace muchos años…

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